Saba acompaña a conocer, aceptar y cuidar la zona íntima de las mujeres sin tabúes

Aproximadamente 48% de las mujeres se sienten inseguras sobre su zona V. Sin embargo, no existen parámetros para definir a la vulva «normal»

Para empezar, es importante diferenciar entre vulva y vagina. La vulva es la parte externa de los genitales femeninos: incluye los labios mayores y menores, el clítoris, la entrada vaginal y la uretra. La vagina, en cambio, es el conducto interno que conecta con el útero.

Uno de los mitos más difundidos en torno a la vulva es el ideal estético conocido como «vulva Barbie» o tipo «ojo cerrado», caracterizado por labios mayores más prominentes que cubren completamente los menores. Aunque este tipo ha sido promovido por la cultura popular, los medios y las redes sociales, en realidad es poco común.

La diversidad es la norma. Las vulvas pueden tener diferentes tamaños, formas y colores. Aunque aún persisten muchos tabúes sobre qué se considera una vulva «normal», conocer y aceptar la forma de la zona íntima es fundamental para cuidarla con confianza y libertad.

Según una encuesta publicada por la revista Refinery29 en 2019, el 48 % de más de 3 mil mujeres encuestadas dijo sentirse insegura respecto a la apariencia de su vulva. Muchas de ellas atribuyeron esa inseguridad a estándares de belleza impuestos por la publicidad, los medios o incluso por comentarios cercanos.

«Queremos que todas las mujeres y personas menstruantes se sientan seguras de su cuerpo, sin presiones por cumplir con estándares irreales. Hablar de vulvas y cuidado íntimo sin tabúes es el primer paso para promover la aceptación, el bienestar y el autocuidado real», afirma Ximena Magaña, Marketing Manager de Saba.

El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) señala que es normal que el color de la vulva varíe entre rosa pálido y marrón oscuro, y que cambie con el tiempo debido a factores como la pubertad, el embarazo, las hormonas o la depilación. También es habitual que los labios no sean simétricos y que su tamaño varíe a lo largo de la vida.

Durante el ciclo menstrual, el olor y el flujo pueden cambiar. Un flujo sano suele ser transparente, blanco o ligeramente amarillo, sin mal olor ni molestias. Observar la zona V con regularidad frente al espejo puede ayudar a reconocer su aspecto natural y a detectar cambios a tiempo.

Algunas alteraciones como ronchas, granitos o verrugas pueden ser inofensivas, pero ante síntomas como inflamación, manchas nuevas, flujo verdoso o gris, olor fuerte, ardor o comezón, se recomienda consultar a un especialista.

Recomendaciones básicas para el cuidado de la zona íntima:

  • Usar ropa interior de algodón y cambiarla con frecuencia.

  • Lavar la zona solo con agua o productos suaves sin fragancia.

  • Evitar duchas vaginales y ropa excesivamente ajustada.

  • Usar métodos anticonceptivos de barrera si hay vida sexual activa.

  • Cambiar los protectores diarios al menos tres veces al día.

  • Elegir productos que respeten el pH natural de la vulva.

Cada cuerpo es distinto. Reconocer esa diversidad es esencial para promover una relación más libre y amorosa con la propia Zona V.

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