México enfrenta su mayor oportunidad económica en dos décadas ante la revisión del TMEC. El experto Manuel Herrejón señala que el país debe dejar de ser «vecino conveniente» y convertirse en «aliado indispensable» de EE.UU.
En medio del reacomodo geopolítico global, la próxima revisión profunda del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) y el rediseño de las cadenas de suministro internacionales, México enfrenta «la oportunidad económica más relevante en dos décadas». Así lo afirma el empresario y especialista en mercados financieros Manuel Herrejón Suárez, quien advirtió que el país debe dejar de operar como «vecino conveniente» y empezar a actuar como «aliado indispensable» de Estados Unidos si aspira a capitalizar el nearshoring y garantizar estabilidad económica a largo plazo.
Con más de veinte años de trayectoria en el sector bursátil y cambiario, Herrejón Suárez explicó que el contexto actual exige una estrategia bilateral mucho más ambiciosa y profesionalizada. «No estamos discutiendo solo comercio exterior; estamos discutiendo la arquitectura económica de Norteamérica para los próximos 15 años», señaló. Para el empresario, la región está ante un punto de inflexión derivado de la tensión entre Estados Unidos y China, la presión sobre las cadenas logísticas globales y la acelerada adopción de tecnologías que redefinen manufacturas, transporte y servicios.
Según el analista, el nearshoring ha sido interpretado erróneamente como un beneficio automático. «El nearshoring no es una recompensa; es una prueba. Es la forma en que el capital global evalúa si México puede ofrecer certidumbre, infraestructura, talento y reglas claras. Las inversiones llegan, pero solo se quedan donde hay confianza», afirmó. En este sentido, enfatizó que la estabilidad regulatoria y fiscal será determinante en la renegociación del TMEC prevista para 2026.
Asimismo, Herrejón destacó que el mercado cambiario ya envía señales clave sobre el desempeño del país. Aunque el peso se ha mantenido fuerte frente al dólar en varios periodos, advirtió que esa fortaleza no debe interpretarse como garantía. «El tipo de cambio no miente. El peso resiste cuando los mensajes del país son claros. Si relajamos disciplina fiscal o generamos incertidumbre jurídica, los mercados lo reflejarán de inmediato», explicó.
El especialista también llamó la atención sobre un elemento que, a su juicio, ha sido subestimado: el capital humano. Estados Unidos enfrenta un déficit creciente de mano de obra calificada, mientras que México cuenta con una población joven que, sin embargo, requiere mayor preparación técnica y mejor certificación de competencias para integrarse a la nueva manufactura norteamericana. «Si queremos ser socios de verdad, tenemos que invertir en talento como política económica estratégica, no como programa aislado», sostuvo.
En el panorama político, Herrejón considera que la relación bilateral atraviesa un momento crucial, marcado por el proceso electoral estadounidense de 2024-2025, las presiones migratorias y los ajustes energéticos de ambos países. Por ello, insistió en que México debe llegar a la mesa del TMEC «con claridad de objetivos y no desde la improvisación».
«El mundo se volvió riesgoso. Estados Unidos necesita un socio estable y México tiene la capacidad para ser esa pieza que da equilibrio a la región. La pregunta no es si podemos; la pregunta es si queremos tomarnos la oportunidad en serio», concluyó.



